La magia de la niebla es la entrada a nuevos mundos, donde la oscuridad invita a la calma y la luz a la incertidumbre.

Es un abrazo silencioso, todo se difumina y lo conocido se transforma en un misterio sereno. El sonido se vuelve lejano, la visibilidad es escasa, y en ese espacio se transmite una paz profunda, abriendo una puerta a la imaginación.

Es un recordatorio de la necesidad de parar, de desconectar y de dejarnos envolver por la quietud de lo incierto, donde todo está en pausa.