VELOCIDAD EN LA DISTANCIA
El paisaje corre como el tiempo, capturando fugazmente, desde la ventanilla de un coche en marcha, una postal en movimiento, donde los detalles pasan de largo como los días.
El encanto de lo pasajero, de aquello que existe solo un segundo. Pero que a pesar de su fugacidad, el viaje mismo nos invita a detenernos y a respirar, mientras el tiempo se nos va sin detenerse.